Canibalismo familiar

Noche del 6 al 7 de julio 2012

Estoy sentada en una especie de grada y delante de mí hay una chica y su madre. La joven le cuenta a la madre que le gusta un hombre y que quiere intentar acercarse a él. Me molesta mucho la conversación porque el hombre del que hablan es mi padre (ellas no lo saben).  

Mi padre se levanta de su silla y se va. La chica va detrás de él y desaparecen. Al cabo de un rato se escuchan unos gritos horribles. Todo el mundo corre, incluida yo, a ver qué sucede. La chica está
muerta y colgada boca abajo de una escalera. Su cara está blanca y expresa pánico. Yo estoy segura de que la ha matado mi padre.  

Voy a casa de la chica y le cuento a su compañero de piso, que está acostado en la cama de ella, lo que ha ocurrido.  

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Veo a Eva haciendo una coreografía y me pongo a bailar con ella a pesar de que no me sé los pasos. Aparece la directora de la escuela de danza y me enseña vestidos para que elija uno para la actuación. Todos me parecen horribles (y a Eva también). Encuentro una cajita circular y saco de dentro otro vestido; el típico de organdí que se pone las a las niñas pequeñas. Me gusta porque es más sencillo aunque después me planteo descartarlo porque unos señores que hay al lado me miran fijamente y creo que pensarán que soy una lolita.  

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Muere toda mi familia y mi abuela (a veces es mi madre) me da lo que ha quedado de todos ellos: restos orgánicos (vísceras, huesos...) y pertenencias. La mezcolanza de todo da como resultado lo que parece ser una ristra de muslos de pollos unidos.  

Estoy triste por la pérdida pero también pienso que es una mierda de herencia. Aún así decido comérmelo con Carlos. Abro el gas para cocinar mi herencia y en varias ocasiones hay peligro de explosión por lo que termino apagándolo. Estoy triste porque tengo la certeza de que vamos a morir.  

Carlos vuelve a abrirlo pero no gira la rueda del todo. Le digo que lo haga; se confunde y lo gira al revés. Yo grito y le cojo de la mano para empezar a correr porque la cocina va a explotar. Dos segundos después explota.