Motos, pistolas y tíos en bolas

Noche del 13 al 14 de mayo 2012

Corro con mi prima de la mano y hacemos una y otra vez el mismo camino. Ella me dirige y tira de mí. Creo que vamos por la calle y después nos metemos en un portal y subimos las escaleras corriendo. A veces se apaga la luz pero seguimos a oscuras porque si paramos un segundo nos atrapan. 

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Estoy en el cuarto de baño de un garito o algo así. Hay un grupo de puertas a la izquierda y otro a la derecha. Yo tengo que entrar en las de la derecha porque en la izquierda hay chicos. Aún así, tiene pinta de que el baño es unisex. 

La derecha no se queda libre nunca y ya no puedo

aguantar más. Entro en una de las puertas de la izquierda. Para mi sorpresa, es la típica letrina sin váter así que pienso que la zona izquierda sólo es para chicos. La puerta no se cierra bien. Cuando estoy haciendo pis un chico se pone detrás de mi puerta y me espía. Yo no quiero que lo haga y me intento tapar como puedo. 

Este sueño lo escribí a medias y ya no recuerdo más así que aprovecho para contaros cosas sueltas que he ido soñando estos días. 

Mi tío Fran me enseñaba unas fotos suyas. Salían él y su novia desnudos haciendo el tonto. Me entraba curiosidad por cómo la tenía mi tío así que me fijaba. En una de las fotos salía saltando y mirando a la cámara. Se veía que la tenía dura así que deducía que eran fotos antes de acostarse juntos. Me parecía curioso que montaran todo eso. En una de ellas estaba su novia de espaldas y me sorprendí al ver que tenía el culo muy peludo. 

He tenido otros sueños en los que quería comprarme unos pendientes de plata con forma de gato, hipnotizaban a mi primo Jose, me cortaba el pelo, me quedaba encerrada en un ascensor, tenía que fumar por la nariz con Tere y sus amigos y como no sabía me daba vergüenza... También he tenido otros más angustiosos como uno en el que un espíritu me lanzaba lapiceros y los clavaba en la pared. 

El peor de todos es el que tuve con una pelea de moteros en plena calle. Yo estaba escondida en el asiento de atrás de un coche. Uno de ellos sacaba una pistola y venía hasta donde yo estaba. Me entraba mucho miedo. Se asomaba a través de la luna trasera y me miraba. Yo estaba tumbada en el asiento y también le miraba a él. Me apuntaba con la pistola. Yo sabía que iba a morir pero lo que realmente me preocupaba en ese momento y me hacía sentir terror era pensar en lo que me iba a doler el disparo.